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06 junio 2009

Educación para la autonomía (4) Re-flexiones de la reflexión, Hannah Arendt


Me estudié mientras hacía este trabajo, porque lo hice en condición de alumno, y soy docente. Siempre vivimos al ritmo del intercambio de roles en nuestra profesión.
Consecuente, mi maestra hizo lo que dice que hay que hacer: nos habilitó la palabra, nos dio mucho para pensar, material redundante, y orientación acrecentada por las tutorías: indicaciones para no perdernos en el bosque y disfrutar el paseo.
Porque ejerció una pedagogía pobre, que me habilitó para el conocimiento autónomo que es el único valioso. Me dio tiempo y espacio para que interprete, haciendo un uso propio de lo apropiado por mí de la herencia común, y así encontré mi verdad subjetiva... y puedo ahora compartirla.
Lo que más me llamó la atención en mi proceso de elaboración, fue cuánto viajé. En las dos puntas de línea, hacia el pasado y hacia el futuro, y hacia lo lados. Un estallido de ecos. ¿Qué he estado haciendo?

No es repetición, no estoy repitiendo a Sócrates y a Lao-Tsé, seguimos pensando juntos, formamos parte del mismo Proyecto.
No es sólo un cierre en el tiempo, es también un cierre en el espacio, ya que ahora resuenan al unísono en mí. ¿Será esto el vacío, -sin tiempo, sin espacio- al que se refiere Lao -Tsé?
Me quedé pensando y recordé un título de Hannah Arendt, La brecha entre el pasado y el futuro, y lo busqué. Acá está ella en un ejercicio de inter-rogación de Kafka con contrapunto de Faulkner:

...En palabras de Faulkner “el pasado nunca está muerto, ni siquiera es pasado."
Además este pasado que se extiende a lo largo de todo el camino de regreso hasta el origen, no tira de nosotros hacia atrás sino que nos presiona hacia delante y, contrariamente a lo que cabría esperar, es el futuro el que nos retorna al pasado.

...Sólo en la medida en que él piensa, esto es, sólo en la medida en que carece de edad, -un “él”, como lo denomina justamente Kafka, y no un “alguien”- vive el hombre, en realidad total de su ser concreto, en esta brecha del tiempo entre el pasado y el futuro. (la negrita es mía)

...“Este pequeño espacio atemporal en el mismo corazón del tiempo, a diferencia del mundo y la cultura en que hemos nacido, sólo puede ser señalado pero no puede ser heredado ni transmitido desde el pasado: cada nueva generación, incluso cada nuevo ser humano, en tanto se inserta entre un infinito pasado y un infinito futuro, debe descubrirlo y pavimentarlo laboriosamente de nuevo”.

Interpreto que en “este pequeño espacio atemporal en el mismo corazón del tiempo” estoy yo, ahora, que estoy pensando y escribiendo esto en este momento, cerrando la brecha entre el pasado y el futuro.
En mi pensar siendo, viven todos los hombres que lo han hecho y que lo harán. Es el tesoro, y también la vivencia de trascendencia, que podemos hacer accesible a nuestros alumnos si la escuela transmite cultura.
Porque no depende de cuanto te hayas apropiado de esa cultura común; con ingredientes escasos se puede hacer una buena comida si hay creatividad, y uno se permite ser. Éso es sólo una cuestión de escala, ya que el diseño del que la elabora es el mismo:

Como diría el robot: ...bip, bip, humano; bip, bip, humano; bip, bip, humano; bip, bip ...

Estos maestros, tanto Sócrates como Lao-Tsé, fueron renuentes a pasar a la posteridad.
Escritos de Sócrates no nos han llegado, incluso se duda que haya escrito algo. Hay que entresacarlo de los escritos de Platón con mucha perspicacia para que Platón no te engañe, ya que tuvo veleidades de político.
En cuanto a Lao-Tsé, (El Viejo), dice una leyenda que fue conminado por un discípulo a escribir el Tao Te King, ya muy anciano, cuando se autoexiliaba del Imperio.
Parece que el margen de libertad disponible para cualquier hombre se había reducido tanto, que le era intolerable. Sócrates elige el suicidio por la misma razón.
Han sido cuestionados mientras vivieron, han vivido al día, han sido hombres de acción; no han buscado fama ni honores, les ha llegado por naturaleza.
Así, aquí seguimos pensando con ellos, pues han venido de boca a boca, como una onda, como el agua y el viento: han sido sus discípulos de todos los tiempos los que han traído sus palabras hasta acá.
Ambos nos intiman a hacer uso del ojo, del oído, del hacer no haciendo. El desapego y el vacío fértil. La aceptación de la realidad: vivir lo que trae el día. El camino y el caminar por lo blando.
Por como llegaron hasta nosotros, pienso que es más fácil de hacer de lo que se cree. Y que no hay que temer por el éxito de la empresa, ya que está asegurada.
Es decir, nuestro Proyecto de Autonomía.

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