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23 octubre 2010

El desarrollo del ingenio y el conspirador anti-sistema.

El ingenio, el ser ingenioso, te salva siempre.
No dependes de otro que llegue a salvarte, superas tus miedos.
Lo que no significa que no necesites a nadie; sí necesitas a otras personas, pero no para que te salven. Las necesitas porque las amas y las quieres cerca y bien.

¿Cuáles son los presupuestos para ser ingenioso?
En primer lugar aprender con cuáles recursos interiores se cuenta por el momento, y también aprender a usarlos.
Son dos aprendizajes distintos, que corren paralelos y van sumándose uno al otro.
Si nuestra escuela educara, estimularía el ingenio y su uso desde el Jardín de Infancia hasta la Universidad.

Pero se generaría otro problema: si las personas fueran ingeniosas no buscarían quien los salve, y entonces muchos se quedarían sin trabajo.

El mensaje del sistema actualmente se ha vuelto desesperado: ¡¡salvémonos, consumamos!!
Eso sí, cada vez son menos los que pueden consumir, y también cada vez son menos los que ya no saben qué más consumir.

Los métodos para lograrlo son cada vez más burdos.
Las compañías de seguros y las de seguridad privada nos llaman por teléfono para meternos miedo con los accidentes y los asaltos domiciliarios; las empresas de salud privada nos meten miedo con la enfermedad, la vejez y la muerte, nos ofrecen ventajas que no son tales, que son collares de plomo.
Mensajes intimidatorios diarios que sufrimos todos los habitantes de las ciudades. Algunos son subliminares, como las farmacias que son supermercados proliferando como hongos después de la lluvia, y naturalizando el consumo de drogas para salvarnos del dolor. O los cirujanos plásticos que nos salvan de una vida sin amor.

¿Quería salvarse de una vida sin amor?
¡No sufra! ¡Nosotros lo salvaremos de todo mal! ¡No piense! ¡Nosotros estamos pensando por usted!
No se levante de su sillón frente al televisor, nosotros le hacemos vivir lo que no está viviendo y así usted vive sin sobresaltos. Puede cambiar el canal cuando lo desee.

Sepamos que no es necesario ser enfermo, tener accidentes, ser asaltado, separarse de los seres amados y demás desgracias, nada más que para salvar al sistema.
La salud y la enfermedad, la felicidad y las penas, el dinero y su falta, el amor y el desamor, son parte de la vida.
Nadie nos puede salvar de ellos, los atraeremos si vivimos con miedo y desconfiando de nuestra capacidad para hacer frente a la vida.
Es la famosa "profecía autocumplida" de que se valen todos, desde los forwards que amenazan con desgracias o con pérdidas si no se reenvían hasta las empresas de servicios, los políticos y también algunas iglesias.

Comprendiendo esta situación me doy cuenta de que pretender desarrollar el ingenio y la autonomía de nuestros alumnos es una conspiración anti-sistema.
¡Soy una conpiradora anti-sistema.!
Caigo en ello sin advertirlo, creí ser una docente que se ocupaba en desarrollar la humanidad de sus alumnos.

Imaginen lo que sería un mundo de personas que conocieran y desarrollaran sus talentos y su autoconfianza, ahí sí que este sistema perverso en que hemos caído se autodestruiría para siempre.
Está cimentado en el miedo y en la violencia que es engendrada por el miedo.
Por eso es que desarrollar el ingenio y con ello disminuir el miedo en nuestros alumnos, es ser un conspirador anti-sistema.

Nuestros alumnos sin miedo

2 comentarios:

José dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, Marta. El sistema ha dejado de ser un sostén para convertirse en un limitante. Si lo pensamos es ¡el mundo al revés!
Ser uno mismo, o fomentar el ingenio del individuo parece ser incompatible con lo existente...

Pronto haré una entrada en Sermasyo que será bastante revolucionaria en este sentido.
Mientras tanto, no puedo evitar de poner el siguiente enlace: Los 3 objetivos de la educación.

Un abrazo.

Marta Ortiz dijo...

Lo que afirmas en esta entrada es más evidente cuando uno está dentro de la escuela, como yo lo estoy.
Pero la actitud mayoritaria de autoridades, docentes y padres es taparse ojos, oídos y boca. Es la manera en que la omnipresente cultura negadora se manifiesta en la escuela.
Otra forma de decirlo sería "cuando tu mano derecha se niega a escuchar lo que tu mano izquierda te dice".
No es algo razonado, los discursos tienen palabras muy bonitas y lo que se hace no guarda relación con ellas.
Una cultura esquizofrénica, alienada, que se refleja también en la escuela.
Gracias José, me has dado pié para otra entrada. :)

Un abrazo